Una cosa que descubrí hace poco más de 10 años fue que se cultivaba algodón en Andalucía.
Fue cuando participaba en un curso de agricultura ecológica en la Escuela de Capacitación Agraria en “Los Palacios”, al lado de Sevilla. En esos momentos se había generado allí un debate importante sobre el uso de químicos en el algodón porqué estaba afectando a la calidad del aceite de oliva.
Después de esta incursión no tuve más contacto con este tema hasta que, hace un año, ocurrió el desafortunado accidente en los talleres textiles de Rana Plaza, en Bangladesh. Fue entonces cuando empecé a documentarme más a fondo sobre cómo funcionaba el mundo del textil y del algodón y volvió a mi memoria ese debate y la existencia de algodoneros en Andalucía.
En este proceso de investigación mis compañeras y yo conocimos que el algodón fue introducido en España en el Siglo IX por los árabes y se instaló en Andalucía, Levante y Baleares gracias a que las condiciones meteorológicas de estas zonas que permitían el desarrollo de este cultivo. Hace poco nos dijeron que el algodón también se había cultivado en algunas zonas de la Costa catalana.
Todo este proceso nos abrió la entrada a un mundo lleno historia, trabajo y conocimiento que nos apasionó y quisimos seguir buscando, saber más…
El camino nos llevó a visitar los campos andaluces para conocer de primera mano el terreno, los agricultores, el terreno y los métodos de cultivo y descubrimos que las prácticas agrícolas habían cambiado bastante en los últimos años, que en el mundo algodonero andaluz estaba germinando una revolución, de la mano de agricultores que tenían ganas de salir adelante haciendo las cosas cada vez mejor, que se estaba llevando a cabo la producción integrada de algodón y que se hacían ensayos de producción ecológica.
Descubrimos que el algodón se planta en el mes de abril, que se recoge durante los meses de Octubre y Noviembre y que existían unos agricultores que estaban dispuestos a trabajar en equipo para construir Cotó Roig, el sueño que hemos ido creando durante meses y que, igual que la planta de algodón, se ha sembrado, ha crecido y ahora ¡está a punto de ser recolectado!