El diseño
Recuerdas ese chiste de «¿Estudias o diseñas?» Coincide con el tiempo en que los obreros llevamos en masa a nuestros hijos a las universidades. Habíamos dado un salto económico y ya nadie quería ir a la fábrica. Los espíritus más creativos se encaminaron hacia las escuelas de…
Ahora tenemos un montón de diseñadores con título, en paro o emigrados.
Y al igual que hay un antes y un después con Zara o Ikea en nuestras vidas, cuando aparece Pinterest, nos damos cuenta de que el diseño es universal y que todos podemos crear belleza, aunque seamos autodidactas o nos hayamos formado en otros disciplinas.
Pero para aplicar toda esta sobredosis que tenemos de diseño necesitamos la Industria. Para diseñar un producto idóneo al uso que va destinado, debemos intimar con las materias, conocer todos los pasos y procedimientos para sacar lo mejor de la idea, y la forma óptima de fabricarla, y que el coste sea correcto , para que el precio sea asequible para el usuario.
La Industria es la herramienta que tiene el artesano para ofrecer su obra única al uso común.
No acaba de tener sentido, pues, que queramos crear una prenda, y nos quedamos con el diseño y la tienda, y el resto: materias, oficios e Industria estén en Asia.
La trazabilidad que propone Cotó Roig, no es sólo económica: si no nos vemos las caras todos los que nos retroalimentamos, no nos enriquecemos, no hay alma ni circuito creativo.
Si trabajamos juntos, enriquecemos y refinamos en cada paso del producto, que debe ser la prenda final. Es entonces cuando la pieza de producción que tenemos en nuestras manos, incluso mejora la idea original.
¡Es por eso que queremos ofrecerte unos buenos materiales textiles básicos del algodón que conocemos y sabemos cómo debemos trabajar, para que vosotros, diseñadores de una pieza o de mil, podáis disfrutar!